La semana
pasada ya os conté que estuve en la escuela Waldorf de Kampala, con la familia
y que me llevaron a la playa.
El
domingo anterior hice tortilla de patatas para la familia, todo un
acontecimiento, la acompañamos con Chapatis, una especie de crepe gruesa muy
rica.
En la
foto solo aparecen la mitad de los hijos y Williamer, los progenitores ese día
no estaban, y el resto de hijos tampoco.
Con la
madre de familia he hecho muy buenas migas, la mujer no para de contarme las
desventajas de los hombres africanos, su promiscuidad, el poco respeto que
tienen a las mujeres y lo difícil que es ser mujer de un hombre africano, y eso
que su marido parece muy buena gente. Creo que quiere prevenir que me case con
alguno de aquí!!
Por lo
que me ha contado, si no estás casada y tu marido se muere, aunque tengas hijos
en común, la casa se la queda la familia
de él, y tú y tus hijos a casa de tus padres, y si no te aceptan, a empezar de
cero. Nunca hablas de tu marido por su
nombre, está mal, las mujeres nunca contradicen al marido, si quieres ir a ver
a tu madre tienes que pedir permiso a tu marido, y si no te lo da, no puedes
ir.
Me
pregunta todo el tiempo como es en España, y no para de decir, que eso está muy
bien (excepto que las mujeres españolas no queramos casarnos…eso no lo
entiende).
La hija
mayor ha desaparecido, sin decir nada a nadie, se ha dejado el móvil y se ha
pirado. Parece que la que más preocupada esta con el asunto soy yo, el resto
está preocupado pero no lo aparenta, todo el mundo sigue haciendo sus
actividades normales, nadie ha ido a interrogar a las amigas, ni parece que la
estén buscando… como digo… otro mundo. La única que habla del tema es la
hermana (que no comparte ningún gen con ella) que me dice que ella cree que
está embarazada, le he preguntado si se lo ha dicho a la madre de la chica y me
ha dicho que no, que si es así ya lo descubrirá ella… Pero de esto hace ya más
de una semana!!!!!
El otro
día me llevaron a la playa, un mega lago que parece un mar… es muy raro ver el
césped rozando el agua, los árboles en la orilla, y el olor… es tan diferente…
no huele a mar!!!! Eso sí, tuve que probar el agua para convencerme de que no
era salada…
¡Es brutal la historia de las africanas! Yo, que siempre he dicho que me hubiese gustado un yerno negro, ahora lo retiro. Al final es la misma historia que los marroquís, que son encantadores hasta que te trincan, y una vez casada ya no vuelves a tener ni un ápice de libertad.
ResponderEliminar¡Y que nos quejemos de nuestros hombres, con lo majetes que son!