A veces uno necesita salir del charco para ver que se ha quedado estancado en un lodazal, que ya no hay agua, que de ahi no se sale sin iniciativa, que la salida está en uno.
Así me he sentido yo durante estos meses, pensando que todo se solucionaría, todo saldría bien, que el agua encontraría la salida, sin ver que he sido yo la que se ha metido en esta agua inmóvil y que me he conformado con esperar sin dar un paso para cambiar nada.
En menos de 1 hora se me presentó por delante un futuro al que no puedo decir que no, un futuro lleno de posibilidades. En menos de un día tomé la decisión de irme de Uganda, de irme a Bolivia, de irme este verano, de pasar unos meses en España recuperándome de tantos días de enfermedad, de cerrar mi etapa Uganda (por el momento) y empezar mi etapa Bolivia.
Mi objetivo siempre fue Bolivia, pero Uganda se metió en mi camino con muchísima fuerza, ahora le toca el turno a Sudamérica.
Me voy a Bolivia.
Eso si, me toca ahora despedirme de Uganda.
¡Qué fotos tan maravillosas!¡Al final me quedé sin conocer África y sin conocer a Eddie y a Sadic! ¡Cosas del destino!
ResponderEliminarMuy intensa tu entrada, y bonita, como siempre. Una reflexión interesante salvo que.... todo se iba moviendo a su ritmo lento y desconocido, pero moviendo. Y de ese movimiento surgió la explosión final: la Vida abriéndose camino con fuerza inesperada.
¡Me he puesto nostálgica con este post! A mi me cuestan siempre las despedidas y, de algún modo, también estoy diciendo adios a un África que ´solo llegué a conocer y a amar a través tuyo.
Será imponente la siguiente etapa de tu camino. De eso estoy más que segura.
Será muy importante, seguro, como lo ha sido esta. Me cuesta mucho decir adiós a Uganda y todo lo que ella significa, mi primera salida de España, mi descubrimiento de Africa, mis amistades... me cuesta decir adiós.
EliminarPero nunca sabemos el destino que nos tiene preparado la vida, se que es el momento del cambio, de Bolivia, de seguir aprendiendo. Veamos si mi destino y Uganda se vuelven a cruzar.