miércoles, 22 de abril de 2015

Back to earth

Y pasó el torbellino, el torrente de emociones, sensaciones, conflictos, aprendizajes... Todo eso de lo que se compone la recién estrenada maternidad. Paso la primera parte, porque el viaje continúa, se complica, pero ya no bajo los efectos del shock sino con la tranquilidad de asumir el nuevo estatus personal y el cambio de las reglas del juego.

Ahora es el momento de parar, recuperar contacto conmigo misma y mirar a través de mis ojos...


 Aparte de mi hijo, ¿qué hago en mi vida que me llena?, ¿dónde me veo en unos años?, ¿estoy donde quiero estar? 


Estaba acostumbrada a pensar en el instante mismo las cosas, en no planificar ni a una semana vista, en dejarme llevar por la vida y ahora... miro a Gael y veo que eso ya no lo puedo hacer...¡¡¡En qué de cosas te hace pensar la maternidad!!! Ahora hay que considerar no sólo mis deseos sino sus necesidades… wow!

Miro mi vida actual y veo que estoy cómoda… una palabra con la que no estoy acostumbrada a vivir. Tengo un buen trabajo, tranquilidad económica, una casa preciosa, un hijo que es un bombón (literalmente) y nada me preocupa… y eso me aburre y asusta… ¿será que soy una inconformista y quiero riesgo y aventura constante?


Bolivia me trata bien, me ha ayudado a pasar por esta aventura de la maternidad en solitario de la mejor manera posible, pero… ¿y ahora qué? ¿Por cuánto tiempo? Yo me conozco…. Y me doy miedo…

De momento estudiar, disfrutar de este nuevo estado pero sin perder de vista que es temporal, que terminará, que cambiaré, que algo se tiene que mover… Eso sí, ya no de manera impulsiva como solía hacer las cosas sino planificando los cambios.

¿Será que la maternidad me dejará continuar? ¿O me perderé en ella?


Últimamente todo son preguntas sin respuesta.