miércoles, 20 de febrero de 2013

Un hospital Ugandés

 
Mi estancia en Uganda está siendo poco común, he pasado de la superficie del país a descubrir algo más sus entrañas y peculiaridades.

El otro día volví al campsite dispuesta a descubrir todos los detalles del mismo para poder empezar a encargarme de él. Alex se vino conmigo dispuesto a enseñarme todo lo que necesito para poder estar ahí. Un viaje largo desde Fort Portal hasta el campsite haciendo una parada para comer en otro lodge a la entrada del parque nacional.

Por la mañana nos pusimos a analizar problemas y necesidades para empezar a cambiar cosas y parecía que serían unas semanas bastante productivas hasta que Alex recibió una llamada de su mujer (embarazada de siete meses) diciéndole que estaba sangrando y con muchos dolores, que un amigo estaba llevándola al hospital.

Del campsite al hospital donde la estaban llevando son unas 3 / 4 horas conduciendo y no sabíamos que era lo que estaba pasando. Alex hizo su maleta y estaba dispuesto a saltar al coche, pero a mí me dio miedo que le pudiese pasar algo por el camino por el susto que llevaba en el cuerpo, ya sabemos que no es muy buena idea matarse en coche cuando tu mujer está en el hospital. Así que me metí en el coche con él y me vine camino de Fort Portal.

La primera media hora del camino fue un infierno, Alex pensaba que o su mujer o su hijo podían estar en peligro, su amigo le llamo varias veces diciendo que su mujer estaba con muchos dolores y sangrando mucho. Y Alex pensando que se moría o algo así… A la media hora le volvió a llamar su amigo…¡¡¡acababa de ser padre!!! De golpe el pobre se pegó una llorera… la madre estaba bien, y el niño es muy pequeño pero está bien. En el hospital pensaban que no sobreviviría, pero está bien.

A partir de ese momento el resto del viaje me lo hice yo conduciendo, Alex no sabía ni donde estaban los pedales.

Cuando llegamos a Fort Portal nos fuimos al hospital, una pequeña clínica local donde era la primera vez que nacía un niño blanco. La pobre no llegó ni a la sala de parto, el niño nació en una habitación normal. La habitación tenía dos camas cubiertas con un plástico y separadas por una cortina que hace meses que no se lavaba. Las sábanas tenían manchas de sangre, estaban limpias pero mantenían restos de manchas de otros pacientes. El niño estaba envuelto en muchas telas, a la manera local de proteger a los bebés del frio de Uganda… La clínica es una clínica privada y por tanto, el parto había que pagarlo. Parto, gasas, instrumental, medicamentos y todo lo necesario costaron la friolera de 70€. ¡¡Así sí que se puede pagar un parto!!

No me gustaría tener que ir nunca a una de esas clínicas en mi vida, al igual que no me gustaría nunca tener que acabar en un hospital en España, pero me dejaron impresionada esos médicos que con tan pocos recursos e infraestructura son capaces de salvar vidas, curar gente, ayudar a nacer a niños. No son especialistas en nada y son expertos en todo. Desde luego que muchos médicos no sabrían ni por dónde empezar a tratar gente sin el instrumental adecuado, las drogas necesarias. Aquí no tienen nada de eso y sin embargo hacen las cosas lo mejor que saben con los recursos que tienen.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Mi vida en el campsite

Ha pasado casi un mes desde que he vinido a Ugnada, un mes dificil, un mes de adaptación, un mes duro e intenso al mismo tiempo.


Ahora voy de camino al campsite de Ishasha, mi nuevo hogar.

Mi vida en el campsite es muy sencilla, muy tranquila y solitaria.

Vivo en una tienda de campaña, eso si, con cama.... Por las mañanas me levanto con las vistas de un paisaje espectacular, precioso, mágico. Me lavo los dientes en la puerta de campaña, si no hay clientes me voy a la cocina y me preparo mi desayuno, del cual disfruto sentada en unas escaleritas de madera viendo como el campsite despierta a la vida. Si hay clientes me voy a desayunar a lo que llamamos EL BAR con ellos.

Normalmente a primera hora de la mañana el campsite se queda muy tranquilo, clientes o no clientes todos desaparecen para irse a los safaris o a su proximo destino.

 
Ese es el momento que utilizo para sentarme en el bar a organizar el proyecto, mi vida, pensar, observar, meditar...Por el momento no tengo muchas opciones de trabajar con el ordenador ahí, lo único que tengo es un cargador solar que me da para un par de horas al día de ordenador, menos mal que me he puesto internet en el movil y algo más puedo hacer! Eso si, a primero de Marzo voy a tener placas solares y un sistema wiffi en ishasha!!

 
Normalmente me suben la comida donde estoy trabajando y ahi sigo hasta que a primera hora de la tarde me voy a leer o tocar el Ukelele a alguno de los balancines que tienen el campsite con vistas al rio.

 
Hasta aquí, haya clientes o no, todo va bien, es a partir de esta hora cuando me siento sola si no hay nadie. A las siete es de noche y a menos que haya clientes no encendemos el fuego en la playa. Cuando hay fuego los mosquitos no te acribillan tanto, pero si no hay clientes me tengo que meter en la tienda de campaña lo antes posible para no morirme.



Los clientes que vienen (o eso de momento) son bastante abiertos y acogedores. Siempre me invitan a cenar con ellos, siempre de hacen compañia, me atienden, me cuentan cosas. He conocido un grupo de ciclistas que estaba recorriendo Uganda en bici, un grupo de músicos (con los que cantamos canciones con el ukelele) un médico waldor de suiza encantadora.


Mi lucha ha sido con el manager del sitio, que las ultimas semanas me ha hecho la vida imposible, eso si, no va a estar ahi mucho tiempo.



 
 
Como vereis no es mal sitio, no me quejo, lo único es que es muy solitario. Hecho de menos a mis chicos y espero poder traerme a Eddie lo antes posible.
 
Ah! habeis visto mi coche femenino y pequeño??? gracias a él en esta zona no soy una muzungu.... aquí me llaman kazungu (o pequeña muzungu...) sera porque el coche es tan grande que parezco muy pequeñita???

viernes, 1 de febrero de 2013

Los animales

Creo que aún no os he hablado de los animales.

Cuando vine para Uganda me amenazaron con arañas gigantes, serpientes mortales, bichos asquerosos y fieras sin cuento. Y cual fue mi sorpresa cuando vi que el único animal temible es el mosquito y no por la malaria, no penséis... Por los picores.

Es cierto, y todos sabéis, que tuve un desagradable incidente con un gusano creciendo en mi dedo, pero ese gusano ha sido uno en muchos meses y los mosquitos son muchos todos los días.

Los animales de gran tamaño solo están en la savana o selva, he tenido la gran suerte de ver leones, jirafas, elefantes, búfalos etc. El único problema que he tenido con ellos fue con un elefante solitario que decidió que nos habíamos metido en su territorio y nos demostró quien mandaba ahí, nada del otro mundo... Marcha atrás con el coche, paciencia y confiar en Alex que era el que conducía (lo cual no se hasta que punto es bueno).

En otra ocasión me encontré un hipopótamo comiendo frente a mi cabaña, pero no paso nada, camino mientras comía y luego pude pasar. En el río de Ishasha me he bañado varias veces y varias veces ya hemos visto un hipopótamo río arriba... Pero nada.

Arañas he visto alguna, grande, no muy grande, pequeñas, mi técnica siempre es la misma... Cerrar la puerta, irme y esperar que cuando vuela no este.

Una vez nos encontramos un sapo dentro de la habitación, y cuando vimos que no había forma de echarlo recurrimos a la solución perfecta: "Sadic!!! Que tenemos un sapo!!! Sacanoslo!!!"

El otro día tuve mi primer encuentro con una serpiente...no fue para tanto... Me estaba desnudando para ducharme y una serpiente larga y negra paso cerca de donde estaba... Menos mal que en ese momento no tuve que salir corriendo!!!! Le habría enseñado el culo a toooodo el mundo!!!!

Y aquí volvemos a los mosquitos... Joder con los mosquitos!!! No se que tienen... Pero mi culo les encanta... Como se nota que son mosquitos africanos!! Todas las noches me pican una buena docena... Y todos los días, las picaduras de los días anteriores me matan... Así que cada vez tengo menos sitios en los que no me pique nada...

Menos mal que mi maravilloso MMS me va a librar de las posibles futuras malarias...