domingo, 28 de octubre de 2012

Ishasha


La salida de Kasenda no fue fácil, muchas cosas pasaron los últimos días, pero lo me más me marcó fue una larga conversación con Eddie, en la que me contó mil cosas de su vida, sus dolores, sus sufrimientos. ¡¡Estuve llorando como una niña pequeña!! Hasta ahora me había encontrado dolores y miserias de mucha gente, niños, familias muy pobres… pero… de pronto, alguien a quien quiero, alguien que se ha convertido en una parte imprescindible de mi vida me estaba contando sus sufrimientos… ¡como duele eso!. Con eso me fui otra vez a Kampala… y ¡¡¡a despedirme de Aurora!!!  ¡¡¡Pues si que vamos bien estos días!!!
 
De ahí me tenía que ir a su escuela, pero me llamó Alex, un amigo que conocí que vive cerca de Kasenda y me convenció para ir con él y unos amigos suyos a su campsite en ishasha (www.attheriverishasha.com). Ishasha es la parte sur de uno de los parques nacionales de Uganda y uno de los pocos sitios del mundo en donde los leones se suben a los árboles.
 
Así que una vez más cogí un Autobús y hacia el oeste, como el viaje era muy largo me paré primero en Mbarara, una ciudad que está de camino donde estudia Sadic, y así de paso le veía. Eso sí esto no es como viajar sola, me recogió en la parada de autobús, me llevó al hostal que había reservado para mí, me llevó a cenar, me dejó en la habitación… vamos… nada de ¡¡¡ala!!! ¡¡¡Y tu sola por ahí!!!
 
Al día siguiente dirección Ishasha…eso si que fue una aventura… Sadic me metió en un coche taxi, con un conductor que no hablaba inglés, sin saber exactamente donde tenía que bajarme, con cinco personas en la parte de atrás y durante un rato una señora sentada con el conductor… ¡¡¡pero qué es esto!!! ¡¡¡ Eso ni en Bolivia!!! Y a todo esto el taxi se para en una ciudad y dice que no sigue… que cómo se que dice eso… porque me dice algo que no entiendo, llamo a Sadic, habla con el conductor, me traduce, habla con el conductor para que me consiga otro taxi, habla con el otro taxi, arregla un precio, me lo dice… y me encuentro en otro taxi sin tener ni idea de a dónde va ni nada… ¡¡¡menos mal que tengo una estrella!!!

Al final consigo encontrarme con Alex en un pueblo con 10 casas en el camino entre su casa y el lodge… ¡¡que aventura!!, pero no acaba aquí, nos metemos en una carretera de esas de tierra interminables y después de una hora nos encontramos dos camiones atascados, uno atascado y otro intentando adelantarle atascado… ¡¡¡y ahora que!!! Pues se bajan los hombres a intentar hacer algo, empieza a llover como si se cayese el cielo… y… tras una hora viendo que nada podían hacer… ¡¡¡pues a adelantar a los camiones por el medio del monte, en pleno parque nacional !!! No nos quedamos atascados de milagro…eso si… conseguimos llegar al camping.

¡¡¡Que sitio más bonito!!! ¡¡¡qué bien me han tratado!!! Por la noche, fuego de campamento, cervecita y largas charlas… ¡un lujo! Y por la mañana, sin rechistar y a las órdenes de Alex, a bañarme en el río, en el cual parece ser que hay cocodrilos e hipopótamos, pero decía Alex… ha llovido mucho y la corriente del rio va muy rápido, así que a los cocodrilos les gustan las aguas tranquilas, y si viene un hipopótamo le oímos…¡¡¡ jajajaj!!! ¿¿¿Estás seguro???
 

Por la tarde safari…. Vaya… una tontería… animalillos sueltos, sabana, leones una puesta de sol espectacular…. ¡Vamos! ¡Que estoy sufriendo mucho! Y al día siguiente… ¡safari! ¡Mañana y tarde! Leones en los arboles, leones rodeando el coche, bebes leones jugando…. Una pena de semana… ¡No se la recomiendo a nadie!
 

A la vuelta unos amigos de Alex me dejaron en Mbarara y me quedé ahí otra noche, y por la mañana a Kampala otra vez… pero no a Kampala directamente no… Primero cuatro horas en la estación de autobús dentro del autobús esperando que saliese y luego seis horas hasta Kampala…¡¡¡¡ todo esto sin mover el culo del asiento!!!!! Además…. Para que veáis cuando digo que me cuidan mucho… cerca de la estación de autobuses pasaba algo, no me preguntéis que porque no tengo ni idea, pero empezaron a disparar gas lacrimógeno cerca de mi autobús. Todo el mundo dentro cerrando ventanas, la gente corriendo por la estación llorando y con los ojos rojos… pero vamos, yo estaba en un autobús, ¡no me podía pasar nada! Le mandé un sms a Sadic contando lo del gas lacrimógeno y en menos de 5 minutos se presenta a la carrera en el autobús a sacarme de ahí pensando que estaba en peligro… pobre… ¡¡¡que susto se pego!!! Si hago eso en España lo más que me puede pasar es que alguno me responda diciendo que tenga cuidado, pero hombres al rescate… ¡¡cuantos!!

Y ahora Kampala otra vez y mañana a la escuela de Aurora.

viernes, 19 de octubre de 2012

Y una vez más volví a Kasenda


La verdad es que esta pequeña aldea se está convirtiendo en mi hogar muy muy rápido.

Han sido dos semanas en las que he estado incomunicada y me han resultado muy intensas.

Para empezar, estuve con mis tres hombres, Steven, Sadic y Eddie muy entretenida y acompañada los primeros días. ¡Qué divertido!

Estuvimos trabajando en dos escuelas repartiendo vitamina A a los niños de ambas escuelas. De pronto imaginé cómo deben sentirse esos médicos rurales que no explican demasiado porque no van a entenderles pero en los que todo el mundo confía porque creen que saben más que ellos. Los padres no sabían para qué era la Vitamina A, muchos no nos conocían, y sin embargo casi todos nos trajeron a sus hijos para que les diésemos una medicina. Eso se llama fe.

Sadic, estudiante de enfermería, se convirtió en el médico, con una paciencia infinita y una delicadeza preciosa con los niños, les entretenía a los que tenían miedo, les daba cosas para jugar para despistarles, les hablaba súper cariñoso y de paso revisaba si tenían heridas, gusanitos en los pies, o otras enfermedades en las que pudiese ayudarles.

Cuando terminábamos de tratar a los niños nos veníamos a la casa y jugábamos interminables partidas de billar. Además, me llevaron a los bares (si se pueden llamar bares) de la aldea. Era la primera vez que entraba en un tugurio así, oscuro, apestando a alcohol barato, donde todo el mundo se calla cuando entro y me miran, me miran, murmuran entre ellos, algunos se acercan y me saludan, otros me miran en la distancia… Este es uno de los lugares que cuando uno viene a África normalmente no conoce, una experiencia muy divertida. La verdad, cuando me pasan cosas así agradezco tanto estar rodeada de chicos tan atentos, que me cuidan tanto, que me ayudan a conocer África a un nivel más profundo… Tengo mucha suerte.

En la escuela he tenido días muy desesperantes y días muy buenos. Al principio me desanimé mucho, me dolió mucho encontrar que me dicen a todo que si pero que luego no siguen ninguna de mis recomendaciones. Me dio un ataque de sinceridad y les reuní a todos y les dije punto por punto cómo me sentía… y… para mi grata sorpresa…. ¡¡¡Las cosas están cambiando!!! El  problema principal es que no confían en nadie, y claro, menos aún en la blanquita que viene aquí a cambiarles las cosas, pero parece que están empezando a verme como una ayuda, no como una enemiga… Aunque solo sea eso ¡ya es mucho!

Uno de los días de los que estaba que quería tirar la toalla Eddie me llevó de paseo. Se me pasó todo. Me llevo a ver uno de los lagos de la zona, pero para llegar ahí tuvimos que atravesar varias aldeas… ¡Qué bonito es pasar por ahí y que los niños se acerquen a saludarte por tu nombre! Muchos de esos niños son alumnos de la escuela y estaban encantados de verme por sus aldeas… Fue una experiencia preciosa.

Uno de los días aparecieron dos hermanos españoles en Kasenda que me han dado mucha vida y mucha alegría. Nos hemos reído hasta morir, me han tomado el pelo hasta la saciedad, y… además… ¡¡¡¡he aprendido a conducir una moto con marchas!!!! A ellos les pareció una idea estupenda alquilar unas motos y darnos una vuelta por la zona… y… yo ni idea de condicur una cosa de esas… pero… aprendí, me lo pasé en grande, me sentí súper orgullosa de haberlo conseguido. ¡¡¡¡Gracias Esther y Manu!!!!

Además, gracias a ellos he descubierto una cosa más sobre mi misma… Ya sabéis que nunca me ha gustado mi nombre compuesto. Mi hermana me fastidió el Emma Ana desde bien pequeña, pero… a partir de ahora… le voy a coger algo de gusto… A que no sabéis lo que significa Emmana en el idioma local…. Vagina…. ¡¡¡jajajajajaj!!! ¡¡¡A que es grande!!! (sé que me arrepentiré en algún momento de haberos contado esto… sobre todo con algunos…)

Ahora me queda cerrar cosas aquí e irme de nuevo a Kampala y a la escuela de Aurora. Y… más experiencias y más descubrimientos.

 

lunes, 1 de octubre de 2012

Resting in Kampala

Y aqui estoy de nuevo... Descansando y retomando fuerzas en Kampala.

Que cómo me siento? Pues la verdad, muy bien. Cuando se fue el grupo de españoles pensé... Oh dios mío.., que me quedo sola otra vez.... Y ahora que hago!!!! Pues alargar mi estancia en Uganda y cambiar mi billete de vuelta para Diciembre!!! Vamos... Lo que haría cualquier persona cuerda que no sabe como se va a sentir sola en un país como este....alargar la experiencia!



Los primeros días me sentía abrumada.... Cuanto silencio otra vez... Pase unos días en Kampala retomando fuerzas, disfrutando de lasgas conversaciones con Aurora sobre todos los temas que se pueden hablar (que yo sepa no nos dejamos ninguno...), recuperando fuerzas gracias a la generosa familia de Howard, disfrutando de la noche en Kampala con Steven... No, si es que no me falta suerte...


En Kasenda (la escuela de Kelele) disfruté muchísimo, tanto de Eddie cono de profesores y gente del pueblo. Me he sentido acogida, integrada y tranquila. Además, en este entorno tan bello uno tiene tiempo de sobra de reflexionar e interiorizarse, cosa que después de la expansión española me vino muy bien. Lo único que me costó más esos días fue la constante atención de la familia musulmana, todo en cantidad es excesivo, y por eso decidí cogerme un día para mi y caminar caminar caminar....

 

De vuelta ni tiempo de pensar mas que ... Oh dios mío!!!! Pero si vivo en Uganda!!!! Y a Kigali, y el visado, y a bailar, y a no dormir, y vuelta a cruzar la frontera, y al otro lado del país otra vez... Que de kilómetros en tan pocos días!!!!


En la escuela de Busuma de vuelta a la paz, al descanso, a largas conversaciones son Aurora, a descubrir como ayudar, que explicar, que actividades hacer... Todo un reto personal. He disfrutado tanto... Ha sido tan bonito.... Incluso la letrina, el poso y las judias, el pescado cocido y lavarme en barreño no han coseguido desanimarme!

 
Yahora de nuevo disfrutando de la hospitalidad de la gente que me rodea, Aurora, Howard y su familia, Steven....No me puedo quejar.
 
Estando aquí, preparándome para el próximo reto y próximo viaje me planteo... ¿Cómo he llegado aquí? ¿Qué cable se me cruzó? ¿Alguna vez soñé vivir una experiencia parecida?
 
Claramente no, Uganda no estaba en mi mapa, no estaba en mis planes, nada me hacía sospechar que llegara aquí en algún momento de mi vida, pero estoy cogiendo gusto a lo que hago, a lo que vivo, a la gente que me rodea....
 



Realmente me siento afortunada.

Eso si, echo de menos a la quente que quiero, salir de cañas, mi finca de la vera, y todas esas cosas que me estaran esperando cuando vuelva.