viernes, 19 de octubre de 2012

Y una vez más volví a Kasenda


La verdad es que esta pequeña aldea se está convirtiendo en mi hogar muy muy rápido.

Han sido dos semanas en las que he estado incomunicada y me han resultado muy intensas.

Para empezar, estuve con mis tres hombres, Steven, Sadic y Eddie muy entretenida y acompañada los primeros días. ¡Qué divertido!

Estuvimos trabajando en dos escuelas repartiendo vitamina A a los niños de ambas escuelas. De pronto imaginé cómo deben sentirse esos médicos rurales que no explican demasiado porque no van a entenderles pero en los que todo el mundo confía porque creen que saben más que ellos. Los padres no sabían para qué era la Vitamina A, muchos no nos conocían, y sin embargo casi todos nos trajeron a sus hijos para que les diésemos una medicina. Eso se llama fe.

Sadic, estudiante de enfermería, se convirtió en el médico, con una paciencia infinita y una delicadeza preciosa con los niños, les entretenía a los que tenían miedo, les daba cosas para jugar para despistarles, les hablaba súper cariñoso y de paso revisaba si tenían heridas, gusanitos en los pies, o otras enfermedades en las que pudiese ayudarles.

Cuando terminábamos de tratar a los niños nos veníamos a la casa y jugábamos interminables partidas de billar. Además, me llevaron a los bares (si se pueden llamar bares) de la aldea. Era la primera vez que entraba en un tugurio así, oscuro, apestando a alcohol barato, donde todo el mundo se calla cuando entro y me miran, me miran, murmuran entre ellos, algunos se acercan y me saludan, otros me miran en la distancia… Este es uno de los lugares que cuando uno viene a África normalmente no conoce, una experiencia muy divertida. La verdad, cuando me pasan cosas así agradezco tanto estar rodeada de chicos tan atentos, que me cuidan tanto, que me ayudan a conocer África a un nivel más profundo… Tengo mucha suerte.

En la escuela he tenido días muy desesperantes y días muy buenos. Al principio me desanimé mucho, me dolió mucho encontrar que me dicen a todo que si pero que luego no siguen ninguna de mis recomendaciones. Me dio un ataque de sinceridad y les reuní a todos y les dije punto por punto cómo me sentía… y… para mi grata sorpresa…. ¡¡¡Las cosas están cambiando!!! El  problema principal es que no confían en nadie, y claro, menos aún en la blanquita que viene aquí a cambiarles las cosas, pero parece que están empezando a verme como una ayuda, no como una enemiga… Aunque solo sea eso ¡ya es mucho!

Uno de los días de los que estaba que quería tirar la toalla Eddie me llevó de paseo. Se me pasó todo. Me llevo a ver uno de los lagos de la zona, pero para llegar ahí tuvimos que atravesar varias aldeas… ¡Qué bonito es pasar por ahí y que los niños se acerquen a saludarte por tu nombre! Muchos de esos niños son alumnos de la escuela y estaban encantados de verme por sus aldeas… Fue una experiencia preciosa.

Uno de los días aparecieron dos hermanos españoles en Kasenda que me han dado mucha vida y mucha alegría. Nos hemos reído hasta morir, me han tomado el pelo hasta la saciedad, y… además… ¡¡¡¡he aprendido a conducir una moto con marchas!!!! A ellos les pareció una idea estupenda alquilar unas motos y darnos una vuelta por la zona… y… yo ni idea de condicur una cosa de esas… pero… aprendí, me lo pasé en grande, me sentí súper orgullosa de haberlo conseguido. ¡¡¡¡Gracias Esther y Manu!!!!

Además, gracias a ellos he descubierto una cosa más sobre mi misma… Ya sabéis que nunca me ha gustado mi nombre compuesto. Mi hermana me fastidió el Emma Ana desde bien pequeña, pero… a partir de ahora… le voy a coger algo de gusto… A que no sabéis lo que significa Emmana en el idioma local…. Vagina…. ¡¡¡jajajajajaj!!! ¡¡¡A que es grande!!! (sé que me arrepentiré en algún momento de haberos contado esto… sobre todo con algunos…)

Ahora me queda cerrar cosas aquí e irme de nuevo a Kampala y a la escuela de Aurora. Y… más experiencias y más descubrimientos.

 

4 comentarios:

  1. jajajaja. ¡Me meo! Emmaaaaanaaaaa. Desde luego, ni en Burundi te vas a librar de las bromas con tu nombre...

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  2. jajajaja!!!! sabía que esto te gustaría!!!!

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  3. ¡Madre mía, qué has hecho! Aún me asombro de no ver por aquí un nombre bien conocido por nosotras y, que de algún modo, pertenece a nuestra familia espiritual (ya sabes a quién me refiero). Creo que las bromitas con tu nuevo nombre van a ser eternas amiga mía. ¡Qué valiente que eres dándonos carnaza a los malos de la película!

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  4. Jejeje...menudo viaje de experiencias y emociones a todos los niveles, seguro que lo recuerdas toda la vida :)
    Te mando un abrazote desde los madriles!!!

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