miércoles, 13 de febrero de 2013

Mi vida en el campsite

Ha pasado casi un mes desde que he vinido a Ugnada, un mes dificil, un mes de adaptación, un mes duro e intenso al mismo tiempo.


Ahora voy de camino al campsite de Ishasha, mi nuevo hogar.

Mi vida en el campsite es muy sencilla, muy tranquila y solitaria.

Vivo en una tienda de campaña, eso si, con cama.... Por las mañanas me levanto con las vistas de un paisaje espectacular, precioso, mágico. Me lavo los dientes en la puerta de campaña, si no hay clientes me voy a la cocina y me preparo mi desayuno, del cual disfruto sentada en unas escaleritas de madera viendo como el campsite despierta a la vida. Si hay clientes me voy a desayunar a lo que llamamos EL BAR con ellos.

Normalmente a primera hora de la mañana el campsite se queda muy tranquilo, clientes o no clientes todos desaparecen para irse a los safaris o a su proximo destino.

 
Ese es el momento que utilizo para sentarme en el bar a organizar el proyecto, mi vida, pensar, observar, meditar...Por el momento no tengo muchas opciones de trabajar con el ordenador ahí, lo único que tengo es un cargador solar que me da para un par de horas al día de ordenador, menos mal que me he puesto internet en el movil y algo más puedo hacer! Eso si, a primero de Marzo voy a tener placas solares y un sistema wiffi en ishasha!!

 
Normalmente me suben la comida donde estoy trabajando y ahi sigo hasta que a primera hora de la tarde me voy a leer o tocar el Ukelele a alguno de los balancines que tienen el campsite con vistas al rio.

 
Hasta aquí, haya clientes o no, todo va bien, es a partir de esta hora cuando me siento sola si no hay nadie. A las siete es de noche y a menos que haya clientes no encendemos el fuego en la playa. Cuando hay fuego los mosquitos no te acribillan tanto, pero si no hay clientes me tengo que meter en la tienda de campaña lo antes posible para no morirme.



Los clientes que vienen (o eso de momento) son bastante abiertos y acogedores. Siempre me invitan a cenar con ellos, siempre de hacen compañia, me atienden, me cuentan cosas. He conocido un grupo de ciclistas que estaba recorriendo Uganda en bici, un grupo de músicos (con los que cantamos canciones con el ukelele) un médico waldor de suiza encantadora.


Mi lucha ha sido con el manager del sitio, que las ultimas semanas me ha hecho la vida imposible, eso si, no va a estar ahi mucho tiempo.



 
 
Como vereis no es mal sitio, no me quejo, lo único es que es muy solitario. Hecho de menos a mis chicos y espero poder traerme a Eddie lo antes posible.
 
Ah! habeis visto mi coche femenino y pequeño??? gracias a él en esta zona no soy una muzungu.... aquí me llaman kazungu (o pequeña muzungu...) sera porque el coche es tan grande que parezco muy pequeñita???

2 comentarios:

  1. Eres una valiente!Me alucina lo que estás haciendo,aquí si que la vida te la vas haciendo tu minuto a minuto ,y en un sitio tan desconocido y solitario. .Adelante con el proyecto que seguro que sale adelante.De todas formas,después de esta experiencia a ti no te tose nadie.¡Qué bestia parda que eres!.Muchos besos.
    Isabel

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  2. ¡Ay mi hija querida! Yo vivo en otro planeta y no me entero de cuando publicas en el blog. Antes me avisabas. Así que hoy, tomando un café con Isabel y Patricia, me entero de que hay publicaciones nuevas... ¡y varias, y desde hace un montón de tiempo... y yo sin enterarme! Coño y recoño. Perdón, pero es que me fastidia no estar al día de tus cosas.
    Me han encantado todas tus entradas y, muy especialmente, en la que hablas del dolor de África. Me impresiona sobremanera ver el grado de sensibilidad y empatía que ahora te habita. Creo que los africanos van a cambiar muchas cosas en tu mundo interno. ´Supongo que será una ayuda mutua, un acuerdo entre las partes que os hagan crecer por encima de las consabidas limitaciones.
    Me apena saber que no lo estás pasando demasiado bien, pero sé que es para logres la super mejor versión de ti misma.
    Te quiero

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