martes, 17 de julio de 2012

Familia en Kampala


La semana pasada ya os conté que estuve en la escuela Waldorf de Kampala, con la familia y que me llevaron a la playa.

El domingo anterior hice tortilla de patatas para la familia, todo un acontecimiento, la acompañamos con Chapatis, una especie de crepe gruesa muy rica.


En la foto solo aparecen la mitad de los hijos y Williamer, los progenitores ese día no estaban, y el resto de hijos tampoco.
Con la madre de familia he hecho muy buenas migas, la mujer no para de contarme las desventajas de los hombres africanos, su promiscuidad, el poco respeto que tienen a las mujeres y lo difícil que es ser mujer de un hombre africano, y eso que su marido parece muy buena gente. Creo que quiere prevenir que me case con alguno de aquí!!

Por lo que me ha contado, si no estás casada y tu marido se muere, aunque tengas hijos en común,  la casa se la queda la familia de él, y tú y tus hijos a casa de tus padres, y si no te aceptan, a empezar de cero.  Nunca hablas de tu marido por su nombre, está mal, las mujeres nunca contradicen al marido, si quieres ir a ver a tu madre tienes que pedir permiso a tu marido, y si no te lo da, no puedes ir.
Me pregunta todo el tiempo como es en España, y no para de decir, que eso está muy bien (excepto que las mujeres españolas no queramos casarnos…eso no lo entiende).
La hija mayor ha desaparecido, sin decir nada a nadie, se ha dejado el móvil y se ha pirado. Parece que la que más preocupada esta con el asunto soy yo, el resto está preocupado pero no lo aparenta, todo el mundo sigue haciendo sus actividades normales, nadie ha ido a interrogar a las amigas, ni parece que la estén buscando… como digo… otro mundo. La única que habla del tema es la hermana (que no comparte ningún gen con ella) que me dice que ella cree que está embarazada, le he preguntado si se lo ha dicho a la madre de la chica y me ha dicho que no, que si es así ya lo descubrirá ella… Pero de esto hace ya más de una semana!!!!!

El otro día me llevaron a la playa, un mega lago que parece un mar… es muy raro ver el césped rozando el agua, los árboles en la orilla, y el olor… es tan diferente… no huele a mar!!!! Eso sí, tuve que probar el agua para convencerme de que no era salada…



1 comentario:

  1. ¡Es brutal la historia de las africanas! Yo, que siempre he dicho que me hubiese gustado un yerno negro, ahora lo retiro. Al final es la misma historia que los marroquís, que son encantadores hasta que te trincan, y una vez casada ya no vuelves a tener ni un ápice de libertad.
    ¡Y que nos quejemos de nuestros hombres, con lo majetes que son!

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